viernes, 12 de octubre de 2012

En el Ex Convento de Culhuacán ARRANCA FESTIVAL PARA REVALORAR A LA MILPA Y EL MAÍZ 12-14 octubre

Mañana en el Ex Convento de Culhuacán
ARRANCA FESTIVAL PARA REVALORAR A LA MILPA Y EL MAÍZ
Este viernes 12 de octubre inicia el Primer Festival "De la Milpa a la Mesa", organizado por el Conaculta y el INAH, el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM y el Patronato de la Feria de la Enchilada, y que tendrá lugar en el Ex Convento de Culhuacán desde mañana hasta el domingo 14.
Este festival pretende llamar la atención sobre la necesidad que tenemos los mexicanos de reconocer el valor de nuestras tradiciones culinarias, que el maíz y todos los productos que se obtienen de la milpa son una vía para fortalecer la defensa de nuestra identidad y una parte medular de nuestro patrimonio cultural, la milpa, sistema de cultivo autóctono heredado de nuestros antepasados.
Se escogió el 12 de octubre para dar inicio al festival en tanto que hacia el año 6000 antes de Cristo los antiguos mexicanos domesticaron el maíz, y después de que los europeos lo consideraron al principio planta exótica y bocadillo exquisito, pronto conocieron sus bondades y el grano inició su viaje alrededor del mundo.
Ahora existen más de 300 razas de maíz en el mundo. De éstas, 32 son mexicanas. Y de éstas, cuatro son razas indígenas antiguas; cinco son razas exóticas precolombinas y 15 son mestizas prehistóricas.
Es tal la importancia del maíz que prácticamente todas las civilizaciones del México prehispánico crearon leyendas sobre su origen, la más compleja de ellas la mexica de los Cinco Soles y la que se encuentra en el Popol Vuh, de los Mayas. Los huicholes crearon una sobre el maíz de color azul y los mixtecos y zapotecas veneraban al maíz en los dioses Cohuy y Pitao-Cozobi, que a su vez tenía su nahual en el murciélago, considerado guardián de los campos de maíz, el vigilante de la milpa.
La pirámide principal del templo Mayor de Tenochtitlán estaba rematada por dos templos de igual jerarquía: el de Huitzilopochtli, dios de los guerreros, y el de Tláloc, para los mexicas el dios supremo de los campesinos.
La escasez del maíz repercutió en el inicio de nuestra independencia, que estalló en un momento en que también había violentas fluctuaciones en los precios de los alimentos, a causa, sobre todo, de sequías, heladas y granizadas que afectaron seriamente la producción de maíz.
Y la importancia y el futuro de la milpa no difieren mucho de lo que ocurre con el maíz. En la milpa crecen, además del maíz, frijol, chile y calabaza, más de 50 variedades de quelites –verdolagas, romeritos, huauzontles, amaranto, quintoniles, berro, berro de palmito, hojas de nabo, quelite cenizo, malva, guías de calabaza, alenquelite (o frijol nacido), alaches, violetas, chivitos, malacates, centavitos y retoños de guaje, por citar algunas– y es posible sembrar tomates, plantas medicinales y entremezclados con el maíz, amaranto y papaya. Todas estas plantas le dan una gran riqueza de nutrientes al suelo y por lo tanto, le permiten a cada una de ellas un mejor crecimiento y desarrollo, sin necesidad de agregarles abonos químicos.
Con todos estos productos nuestros antepasados cocinaban y consumían una gran diversidad de alimentos nutritivos para mantener el cuerpo limpio y saludable sin dañar el medio ambiente.
En relación con otros cereales (trigo, arroz, cebada, sorgo) el maíz es el que actualmente rinde más. Su rendimiento promedio anual mundial es de 3.3 toneladas por hectárea frente a 2.8 del arroz y 1.9 toneladas por hectárea del trigo.
En la década de los 80 Brasil y México ocupaban el tercero y cuarto lugar en volumen de producción de maíz. En los años 60 México se colocó entre los países exportadores de este grano. Pero en la década de los 70 perdió su posición de exportador y hoy requiere de las importaciones para satisfacer sus necesidades internas del grano.
Esta situación tenderá a agravarse si se permite que el maíz transgénico desplace a nuestras variedades autóctonas y criollas, ya que las semillas transgénicas tienen un alto rendimiento, pero no se pueden sembrar indefinidamente. Sólo sirven para una sola cosecha. Como ven, el origen del maíz está en riesgo de perderse.
El Festival "De la Milpa a la Mesa" busca contribuir a promover y recuperar la soberanía alimentaria, a fin de evitar, entre otras cosas, el empobrecimiento de los pueblos, ya que al alimentarnos de nuestros propios cultivos, no nos veremos obligados a importar el sustento diario, sino a cultivar y cosechar los productos que sirven de ingredientes.
En este primer festival habrá preparación y degustación de platillos y bebidas elaborados a base de productos naturales de la milpa, exposición sobre la milpa y el maíz, proyección de documentales de la cocina tradicional mexicana, actividades culturales y eventos musicales, venta de artesanías y visitas guiadas en el Ex Convento de Culhuacán.
Con la exposición sobre el maíz y la milpa se podrá apreciar que la milpa es una vez y media más productiva que un campo dedicado a monocultivos extensivos de maíz o frijol y que la explotación extensiva del campo, mediante el uso de maquinaria moderna y el uso de fertilizantes artificiales empobrece a la tierra y elimina mano de obra.
La proyección de documentales sobre la cocina tradicional y el maíz permitirá revalorar la gastronomía heredada por nuestros antepasados y conocer que a partir del maíz y otros productos de la milpa se elaboran en México más de mil platillos.
El Primer Festival "De la Milpa a la Mesa" se realizará del 12 al 14 de octubre en el Ex Convento de Culhuacán, ubicado en Morelos No. 10, Barrio Mágico de Culhuacán, a media cuadra de la Avenida Tláhuac; a cuadra y media del final de la Avenida Taxqueña y a dos cuadras de la estación Culhuacán de la línea 12 del Metro. La entrada será libre, de nueve de la mañana a ocho de la noche.

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