Martes, 18 de Enero de 2011
La nieve que presenta el Iztaccíhual, en estos momentos, es superficial y no tiene tres metros de grosor, por lo que en cualquier aumento de temperatura se puede perder.
Tlalmanalco. Los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, perdieron sus glaciares con características de grosor, por lo que ya no son proveedores suficientes de agua para las comunidades altas de municipios como Tlalmanalco, Amecameca, Aatlautla y Ecatzingo, por lo que se espera que este año se tenga una severa escasez del elemento proveniente de los deshielos, informó el titular de Planeación Social del Proyecto Sierra Nevada de la UAM, Jacobo Espinoza Hilario.
"Los glaciares ya se han perdido como tales; en el Popo, ya no existen estas formaciones de hielo con características por su grosor; en el Izta, sólo quedan tres", añadió.
La nieve que presenta el Iztaccíhual, en estos momentos, es superficial y no tiene tres metros de grosor, por lo que en cualquier aumento de temperatura se puede perder.
"Actualmente, no caen capas de hielo para la conformación de glaciales, por lo que para recuperarlos tardaremos cientos de años en recobrar ese fenómeno y se formaran glaciares como tal", explicó.
Reconoció que esto es equiparable a una tragedia para el medio ambiente, pues lo que queda de las formaciones milenarias con capas de nieve, no son suficientes para ir recuperando la humedad y el agua que va escurriendo para las comunidades de las partes altas de los municipios cercanos a los volcanes.
Dijo que los municipios referidos, son los que históricamente han recibido agua superficial que viene de los deshielos, que incluso han adaptado infraestructura hidráulica para su captación.
"Ante esta situación que se presenta al arranque de año, en este 2011, se pronostica una reducción en el aporte de agua, porque no hubo ni la nieve, ni las condiciones de humedad propicia para el escurrimiento del líquido", abundó.
Informó que el Iztaccíhuatl, llegó a tener 12 glaciares; en tanto que el Popocatepetl tenía 6, que se llegaron a perder por la erupción volcánica (caso Popo), la más reciente registrada el pasado 18 de diciembre del 2000.
Otro de los daños que han contribuido a la pérdida de formación de hielo, es la deforestación de la zona, por lo que se van incrementando las temperaturas; "por cada árbol que se quita por el inadecuado aprovechamiento maderable, aunque hay programas de recuperación forestal, estos se han realizado adecuadamente".
Los proyectos de recuperación prevén que por cada árbol que se derriba, se deben de reforestar una cierta cantidad, pero la planta es muy chica y tarda mínimo 30 años en crecer, en tener el mismo tamaño que el que se cortó. Los programas de reforestación son a 10 años y en ese lapso no se puede recuperar un bosque como tal y la reforestación tiene índices bajos de supervivencia de arbolitos, lo que disminuye la vegetación en la zona".
Arturo Morales
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