miércoles, 14 de abril de 2010

El GDF da el “tiro de gracia” a negocios de Ermita Iztapalapa


Ruth Barrios Fuentes | Ciudad    
Sábado 3 de Abril, 2010 | LA CRONICA

En menos de cinco años, los comerciantes que se ubican en el cruce de Ermita Iztapalapa y Eje 3 han visto cómo sus ventas han ido en picada hasta en un 70 por ciento.

Primero fue el distribuidor vial, en el 2005, ahora son las construcciones de la Línea 12 del Metro las que han dado "dolores de cabeza" a los vendedores y vecinos de la zona.

Con una inversión superior a los 240 millones de pesos, el distribuidor vial en Ermita Iztapalapa y Eje 3 fue construido del 2005 al 2006. En ese entonces, los habitantes de la zona sufrieron las consecuencias: menos ventas y más polvo.

Pero, tres años después, el gobierno local decidió "tocar" nuevamente la zona, ahora para ampliar la red del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

Guadalupe Ramírez es una de las afectadas. La dueña de un negocio de azulejos aseguró que ante la mala planeación de las autoridades capitalinas, todos los comerciantes de la avenida Ermita Iztapalapa han tenido que "sufrirle dos veces" y, más allá de beneficiarlos con las obras, las ganancias poco a poco escasean.

"Desde la construcción del puente nos han bajado las ventas un 30 por ciento", expresó.

También señaló que desde hace cinco años ha visto "emigrar" a varios comerciantes, debido a que no han podido recuperarse desde la obra del distribuidor vial.

Para "resarcir los daños", explicó, las autoridades capitalinas han otorgado cheques de apoyo que van de los mil 500 a los tres mil pesos, según sea el tamaño del local.

"A mí me dan mil 500, pero no me sirve de nada. Tengo que pagar mil 800 de luz y 900 pesos de agua. Por fortuna no tengo que pagar renta, pero si no estaría peor", precisó.

En la avenida Ermita Iztapalapa hay por lo menos 10 negocios de azulejos; la mayoría ha reportado pérdidas considerables al no tener espacio para poder recibir el material o llevarlo.

Y así como Guadalupe Ramírez ha sido afectada, alrededor de una treintena de comerciantes de distintos giros están en las mismas circunstancias.

Edmundo López trabaja en un negocio de herramientas. Él consideró que el gobierno local ha planificado mal el crecimiento de la ciudad, pues poco sirvió la construcción del distribuidor vial. En su establecimiento, por lo pronto, las ventas han caído un 70 por ciento y del Gobierno del Distrito Federal recibe tres mil pesos.

Para los vecinos tampoco ha sido sencillo. Noé Granados expresó que desde hace cinco años ha sido complicado vivir ahí, sobre todo por el ruido, el polvo y las molestias del tránsito vial.

"Es muy incómodo por la tierra, el ruido en la noche no deja dormir, todos esos detalles sí afectan bastante", dijo.


 

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