miércoles, 17 de febrero de 2010

Daños ambientales en la zona de la Sierra de Santa Catarina

'Agoniza' Santa Catarina
Por Alejandro Ramos / Reforma
Ciudad de México.
domingo 7 de febrero, 2010
El crecimiento de asentamientos irregulares, la deforestación y la proliferación de tiraderos clandestinos de desechos de la construcción ponen en peligro los servicios ambientales que brinda la Sierra de Santa Catarina a la Ciudad, entre ellos la recarga del acuífero.
REFORMA recorrió los parajes El Grillo, Mesitas del Capulín, Cerro de Guadalupe, y Rancho Colorado, que se ubican en territorio de la Delegación Tláhuac, y constató el acelerado deterioro ambiental en la región.
A la fecha se tienen detectados 91 asentamientos irregulares en Tláhuac, ubicados en la Sierra de Santa Catarina, en los humedales y en ejidos que ya se comió la mancha urbana; en conjunto ocupan 404 hectáreas, en donde viven más de 23 mil personas, según datos de la Procuraduría Ambiental del DF y de la Delegación.
De acuerdo con ejidatarios de la zona, desde hace más de 20 años han visto cómo el cambio de uso de suelo ha alterado la superficie vegetal y, las áreas arboladas ceden en forma alarmante ante la presión de las invasiones hormiga y los depósitos ilegales de escombro.
Algunos pobladores, quienes pidieron se omitieran sus nombres por temor a represalias, aseguraron que llevan varios años haciendo la misma denuncia a las autoridades de Tláhuac y del GDF, pero la respuesta ha sido nula.
"Nos hemos reunido con Delegados, con funcionarios de Medio Ambiente y hasta con diputados, y tal parece que no les interesa lo que pase en el suelo rural. No hay vigilancia ni operativos.
"Sólo vemos cómo los invasores se roban la luz y, al paso de los años, se empiezan a colocar postes de cableado en las zonas irregulares; además, pipas de la Delegación o privadas les venden agua. De tal forma que las tres o cuatro primeras casas que había ilegalmente después se convierten en un núcleo urbano con servicios", dijo uno de los pobladores.
Durante el recorrido se observó que el material de construcción tirado va desde un pequeño montón de piedras y arena, hasta grandes concentraciones de concreto, varilla y tablarroca. También se detectó que hay casas precarias, hechas con lámina y madera, pero de igual forma existen grandes viviendas con acabados de lujo.
"En estos parajes hemos cuantificado que son más de 4 hectáreas el área afectada por estos tiraderos clandestinos, pero este problema es en casi toda la sierra; también en el territorio que pertenece a Iztapalapa se encuentran invasiones y grandes basureros de escombro", expuso Diana Ponce, Procuradora Ambiental y del Ordenamiento Territorial del DF.
La funcionaria también advirtió que la población de Ixtapaluca, en el Estado de México, ha crecido de una manera explosiva en los cerros, lo que agudiza el problema ambiental.
"Es urgente que a nivel de Gobierno central, delegacional y de la Asamblea Legislativa evaluemos a fondo esta situación, y determinar qué se puede consolidar como núcleo urbano y qué superficie debe ser rescatada", precisó Ponce.
Presión urbana
El deterioro de las áreas ecológicas no se detiene.
835 asentamientos humanos se encuentran en suelo de conservación en todo el DF.
404 hectáreas han sido afectadas por los invasores en Tláhuac.
130 hectáreas de suelo verde tienen residuos de la construcción.
Afectación
Los humedales y áreas verdes enfrentan un acelerado deterioro.

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