viernes, 9 de enero de 2009

El modelo hídrico del DF debe ser modificado

Arturo Rodríguez O.
INFOSIETE
8 DE ENERO DE 2008

Además de inseguridad, contaminación, ambulantaje y tráfico, uno de los principales problemas que los habitantes de la Ciudad de México padecemos es el referente al agua, ya sea por escasez, suministro escalonado o la ausencia de un eficaz sistema de desagüe que evite las sistemáticas inundaciones.

  A simple vista pareciera una problemática producto del desinterés o negligencia de las autoridades para solucionarla; sin embargo, al conocer a fondo el origen de la misma se puede concluir que obedece a una serie de factores cuya solución resulta bastante compleja.

  Al respecto, las preguntas que se haría cualquier ciudadano común serían: Si caen millones de centímetros cúbicos de agua cada año en la ciudad, ¿por qué algunos puntos de la misma sufren falta del vital líquido? ¿Qué hace el gobierno para reutilizarlo? ¿Por qué se sobrexplota el acuífero? ¿Por qué se presentan inundaciones en la capital casi siempre en los mismos puntos? ¿Cómo repercute en estas la acumulación de basura en las calles?

  El diputado perredista Daniel Salazar Núñez, presidente de la Comisión de Gestión Integral del Agua de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (aldf), explica que "el modelo hídrico del df debe ser modificado, pues tiene impactos negativos en muchos aspectos; de hecho, puede hacer crisis en los siguientes cinco años, si no hay un cambio sustancial en la política hídrica".

  —¿Por qué hablar de una posible crisis?

  —El df tiene un problema de desabasto importante: casi dos millones de habitantes, de los ocho millones que aquí vivimos, no tienen agua regular a través de la red de suministro, o de plano la tienen por tandeo, una vez o dos cada 15 días a través de la red, o la obtienen mediante pipas. Aunado a lo anterior, cuando estos dos millones de habitantes tienen agua a través de la red, es de muy mala calidad. Entonces, cuando la cuarta parte de la población tiene problemas regularmente en ese rubro, podemos afirmar que estamos en la antesala de una crisis en la materia.

  Otro indicador, añade, es que la cuenca se recarga a través del suelo de conservación, que fundamentalmente está en las delegaciones del sur y el poniente del Distrito Federal, y varias de ellas, aunque no presenten un incremento poblacional importante, reciben a la población que emigra de la provincia o la que se reproduce en la propia ciudad.

  Salazar pone un ejemplo claro: de 2000 a 2006, 154 mil habitantes se asentaron en las delegaciones Cuajimalpa, Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta, las de mayor tasa de crecimiento poblacional. "Desafortunadamente, ese es nuestro suelo de conservación. Generar vivienda para estos 154 mil habitantes nuevos implica poner asfalto, concreto, techos que no permiten la infiltración del agua al acuífero… De tal suerte que, entre menos recargamos el agua y más extraemos, precisamente porque la población es más demandante de agua, surge el fenómeno de los hundimientos diferenciados, inclusive de los agrietamientos".

Acuífero a punto de agotarse

Salazar explica que un referente importante de la crisis del agua es que actualmente se extrae de algunos pozos a 400 metros de profundidad, cuando hace 30 o 40 años se accedía a ella a 30 metros, si el acuífero se estaba agotando.

  La mala calidad del agua, asevera, en sí misma es un síntoma de que el acuífero está cerca de agotarse, porque es agua milenaria que se depositó por infiltración hace cinco mil años y contiene minerales como manganeso y fierro. Entonces, al extraerla y aplicarle el cloro para su potabilización, estos minerales se oxidan y adquieren un color turbio y un desagradable olor, por lo que la gente, por supuesto, no la utiliza para consumo humano; si acaso, para el servicio sanitario o el riego de patios.

  "Ahí está la grave crisis que se avecina. He aquí uno de los aspectos más importantes que tienen que ver precisamente con la grave paradoja, contradicción o ironía que vivimos en el df: hablamos de un acuífero sobrexplotado, al extraer mil 300 millones de metros cúbicos de agua al año, y sólo por infiltración natural, del suelo de conservación, en los cerros, se están infiltrando 700 millones de metros cúbicos. Por supuesto que, bajo ese esquema y al paso de varias décadas, el fenómeno del hundimiento de la tierra es más fuerte: en todo el siglo pasado fue de nueve metros en promedio, pero ahora se registran en algunas zonas hundimientos de hasta 30 centímetros en un solo año".

  El diputado precisa que si se planea un drenaje con una pendiente y si está en la zona de hundimientos diferenciales, en dos años se forma un encharcamiento importante; en cuatro se registra una inundación ligera; y en cinco o seis años se identifica una zona de inundación importante.

  "Esta sobrexplotación del acuífero que provoca los hundimientos diferenciales suscita que año con año se incrementen sitios que antes no se inundaban, y aunque hay infraestructura hidráulica de redes primarias y secundarias, evidentemente estas son insuficientes, porque en unos cuantos años, cinco o seis, ya trabajan al revés. Aquí valdría la pena señalar que la orientación del drenaje es de desalojo de aguas por gravedad, una lógica histórica desde que los españoles conquistaron a los mexicas".

  Salazar Núñez añade que desde entonces la lógica del saneamiento de agua en el Distrito Federal históricamente es de sur a norte, del poniente hacia el centro, de oriente hacia el centro, para recabar el agua a través del sistema (en siglos anteriores, a través de los sistemas superficiales: el río Churubusco, los ríos Viaducto-La Piedad, Los Remedios, San Joaquín, el Gran Canal del desagüe, etcétera). El sistema de drenaje profundo también tiene esa lógica; sus interceptores y sus emisores tienen esa misma orientación.

  "De tal manera que los drenajes de las redes secundarias se diseñan de esa misma forma, pero por los hundimientos diferenciales hay drenajes que ya no fluyen hacia el centro de la ciudad, sino que traen contrapendiente, o hay canales que hacen lo propio. Tláhuac tiene 300 hectáreas inundadas en los linderos con el Valle de Xico, Valle de Chalco, porque los canales en lugar de desalojar agua por el hundimiento ahora la devuelven. Lo que eran terrenos de cultivo ahora se han convertido en humedales. Lo mismo ocurre en los drenajes de las zonas conurbadas", puntualiza.

La basura

El de la basura es un problema cultural entre los capitalinos que agrava el problema, reconoce el diputado perredista: "La deforestación en las zonas altas de la sierra Ajusco-Chichinautzin, de la sierra Santa Catarina, en Iztapalapa; de la sierra de Las Cruces, en Alvaro Obregón-Cuajimalpa; de la Sierra de Guadalupe, en la Gustavo A. Madero, provoca que con las lluvias haya escurrimiento superficial de agua que arrastra suelos, tierra, arcilla, cuyo destino final es el drenaje. Otro problema más que arrastra el saneamiento en el Distrito Federal y provoca encharcamientos e inundaciones".

  Asimismo, la falta de mantenimiento e inclusive la falta de suministro de energía eléctrica pueden provocar que los equipos de bombeo fallen, "por la propia basura, aunque sea el equipo nuevo, se 'truena', o de pronto cayó un rayo y no hay servicio de energía eléctrica, los equipos de rebombeo de aguas negras fallan, o simplemente son viejos y porque están exigidos a su máxima capacidad 'truenan' en plena lluvia. Y así vemos desniveles en el Periférico, en el Viaducto, en el Circuito Interior, que reciben los escurrimientos de las partes altas que ya he señalado y que, combinados con otros factores, de pronto en media hora tenemos un conflicto de inundación severa".

  Los factores anteriormente descritos, expone, se han conjugado para tener un problema recurrente en 121 sitios de conflicto si de inundaciones hablamos, "que en realidad son más, pero estos son los más fuertes, los más graves, los de mayor riesgo podríamos decir. En este tema habría que mencionar un aspecto tradicional: que lo que ocurre para una zona en particular es el mismo fenómeno que ocurre para el Distrito Federal. Todo el azolve se está acumulando hasta taponar los canales, los ríos, el drenaje profundo… El año pasado se habló de un riesgo importante de que hubiera una grave inundación en el Distrito Federal, porque se colapsaría el drenaje profundo. Cuando se habló de colapso muchos entendieron solamente el riesgo de que se derrumbara parte del túnel por falta de mantenimiento después de 14 años de no recibirlo".

  El entrevistado precisa que ese riesgo no sería lo que provocaría la grave inundación, sino precisamente que al taponarse el túnel el agua saturara el drenaje profundo y empezara a escurrir por las lumbreras que tiene todo el sistema, pero no sería sólo ese factor. "Como fue construido con la misma lógica de sacar el agua por gravedad, y debido al hundimiento de la ciudad los tubos han ido perdiendo capacidad de desalojo, no sólo sería el colapso o el derrumbe del túnel sino que el drenaje profundo se viera rebasado en su capacidad de desalojo, porque hasta el año pasado a los sistemas superficiales les había ocurrido el mismo fenómeno. Antes era por gravedad, ahora ya tenían algunos puntos hasta con contrapendiente, y aun cuando los han encajonado, ya sucedió con el Gran Canal, que a las dos semanas se inundó. ¿Por qué? Porque se saturaron los túneles y el agua busca salida por donde haya, y siempre busca el punto más bajo. Y en la delegación Venustiano Carranza y la Gustavo A. Madero y en todo el trayecto del Gran Canal este tiene algunos sitios más bajos que el resto de la delegación, lo que ocasionó que varias colonias se inundaran".

Obras de urgencia

La lógica que opera para los drenajes secundarios y primarios es la misma con la que trabaja el Distrito Federal. Entonces, añade Daniel Salazar, el gobierno de la ciudad se vio en la necesidad de construir, de hacer obras de urgencia.

  "Se construyeron cuatro plantas de rebombeo para que los sistemas superficiales recuperaran capacidad de desalojo y tener que prescindir en el estiaje del drenaje profundo, sellarlo para darle mantenimiento en las compuertas que sellan el sistema y bajar personal a empezar a darle mantenimiento. Al finalizar la temporada de lluvias, el túnel fue rehabilitado de manera parcial; tenemos recuperado el sistema superficial para que ofrezca mayor eficiencia que el año pasado. Sin embargo, los hundimientos de la ciudad van a seguir por lo que comenté anteriormente: por la excesiva extracción de agua del acuífero. Por eso la necesidad de cambiar el modelo hídrico del Distrito Federal.

  —Sería una inversión multimillonaria…

  —Nosotros planteamos, de acuerdo con la información que el propio gobierno de la ciudad y el gobierno federal han señalado, una inversión de 50 mil millones de pesos, sostenidos de aquí a 2012, en donde al gobierno del Distrito Federal le corresponden entre 20 y 22 mil millones. Estamos preocupados porque el presupuesto de la ciudad se va a reducir debido a la crisis económica que enfrenta el país, así que el gobierno de la ciudad va a tener que priorizar. Sabemos que es muy importante priorizar los programas sociales, entre muchos otros aspectos, pero este asunto no se puede dejar de lado.

  Sin embargo, precisa, once mil litros de agua se pierden por fugas cada día. "Alguien podría sugerir: pues resuelvan el problema, sustituyan la red de agua potable, la cual consta de doce mil kilómetros, de los cuales a la fecha se han sustituido dos mil kilómetros, de material de mucho más resistente a las fracturas, a las grietas y a los hundimientos diferenciados. No obstante, técnicamente no es posible sustituir la red. Costaría aproximadamente un millón 200 mil pesos el kilómetro de terreno. De tal suerte que siendo muy agresivos se necesitarían no menos de doce mil millones de pesos para hacerlo. Pero en caso de que alguien los promoviera y se aceptara, no es posible hacerlo debido a que la ciudad se colapsaría: abrir todas las redes, todas las calles es imposible, así que además de no tener los recursos suficientes debe ser algo sistemático.

Solución integral


La solución a los diferentes problemas que se generan con el agua, de acuerdo con el diputado perredista, debe ser integral. "Tenemos que recuperar el suelo de conservación, incentivar que el agua de lluvia se infiltre con mayor intensidad, 'cosechar' la misma, mediante la creación de presas en las partes altas para almacenarla, lo cual incentiva la infiltración natural; pero también generar reservas de agua; en lugar de que toda el agua la mandemos al drenaje, pues —he ahí la paradoja— llueve y sólo entre 3 y 5% del agua la estamos reaprovechando, a partir de los mecanismos de reciclamiento. Apenas estamos tratando entre tres mil y tres mil 500 litros de agua por segundo, de los cuales dos mil litros los genera la planta del Cerro de la Estrella y las otras 40 plantas generan el resto".

  El asunto es bastante complejo. Se tienen que buscar soluciones de manera integral, insiste el legislador perredista. De ahí que en la Ley de Aguas del df se planteó sancionar a los que no pagan por obtener el vital líquido, a los que se la roban, a los que pagan un uso cuando en realidad tienen otro.

  "Tenemos que provocar, mediante campañas, con la ley en la mano, un uso racional del agua. ¿Y qué tiene que ver el vital líquido con la problemática? Pues todo: aunque le metas inversiones, aunque cambies un drenaje este año para resolver un problema de inundación, el mismo volverá en tres o cuatro años".

  Mientras no se frene el problema del hundimiento de la ciudad, concluye, no sólo se enfrentará el problema de las inundaciones sino el de las fracturas de escuelas, hospitales, vialidades, el metro… Es decir, grandes inversiones para rehabilitar lo que causa el fenómeno de los hundimientos y asentamientos irregulares.

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