Según el INEGI, 10% de los hogares corresponden a familias alternativas: sin parentesco o de convivencia por razones sexuales y económicascinthya.sanchez@eluniversal.com.mx
Inventaron su propia imagen de portarretrato. Algunos de ellos tienen una cama con tres almohadas y se autonombran poliamorosos, otros fueron padres y ahora salen a la calle en tacones, acompañados por sus hijas. Unos más encontraron el amor en personas del mismo sexo y hay una parte de la sociedad que formó una familia alternativa sin ninguna relación sexual, como la de padrinos con ahijados. Este es el caso de Elba y Socorro, católicas practicantes que en febrero se unirán en sociedad en convivencia y poder heredarse. También hay amigos que decidieron vivir juntos por razones económicas. El resultado es el mismo: se sientan a la mesa y conviven en familia.
Ninguno de ellos está representado en cifras oficiales. El INEGI se ha negado a incluir en los censos poblacionales preguntas que identifiquen a la población con diversidad sexual, aun así hay proyecciones, pues por lo menos en el último conteo que el INEGI hizo en 2000 brinca un dato: hay 10% de hogares con familias donde no existe parentesco.
“Este porcentaje refleja a los hogares formados por parejas del mismo sexo o las otras familias que no corresponden a mamá, papá e hijos”, dice Enoé Uranga, ex diputada y fundadora del colectivo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales).
Con una pareja mujer e hijos, Enoé hace referencia al registro poblacional del INEGI que reporta 25% de madres con hijos viviendo solas. “Seguramente ahí también hay hogares formados por lesbianas con hijos, como es mi caso”, explica. Además, asegura que la cifra coincide con países como Inglaterra donde 10% de la población es homosexual. En Latinoamérica no existen estadísticas, pero en Estados Unidos y Canadá entre 15% y 17% de la población se declara gay.
Quieren que los cuenten
La lucha de este grupo para que los homosexuales sean tomados en cuenta en las estadísticas tiene historia. Hace 14 años, la comunidad LGTB vio con entusiasmo que México firmara en 1994 el acuerdo internacional de la Conferencia de El Cairo, en el que 179 países se comprometieron a abordar estrategias donde se integrara a toda la población.
El capítulo V habla sobre la familia, sus funciones, derechos, composición y estructura. Se reconoce que “la familia es la unidad básica de la sociedad y que los cambios demográficos y socioeconómicos han influido en las modalidades de formación de las familias y en la vida familiar y ha provocado cambios considerables en la composición y en la estructura de las familias”.
México se comprometió a crear políticas y leyes que presten mayor apoyo a la familia, contribuyan a su estabilidad y tengan en cuenta su pluralidad de formas. Se eliminarían todas las formas de coacción y discriminación en las políticas y las prácticas.
El plazo es de 20 años, faltan seis para que se cumpla y en México aún no se integra a las familias alternativas que salen del modelo común ni siquiera en conteos poblacionales.
Pactos legales de convivencia
Lo que sí se ha logrado es el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo, pero sólo en el Distrito Federal y en Coahuila. La historia de ese estado comenzó con una propuesta de legisladores del Partido Revolucionario Institucional. Después de una fuerte discusión con la bancada panista, lograron incorporar al Código Civil la figura del Pacto Civil de Solidaridad que reconoce la vida en común entre homosexuales y entre personas de distinto sexo que cohabitan en unión libre.
El primer año de implantación como ley, las Oficialías del Registro Civil del estado reportaron la firma de 167 pactos. Todas son uniones de personas del mismo sexo debido a que la mayoría de las parejas que viven en unión libre siguen pensando que sólo es un pacto para la gente gay, a pesar de que Coahuila encabeza la lista nacional de uniones libres entre personas heterosexuales.
En el Distrito Federal la discusión duró seis años y terminó el 9 de noviembre de 2006, cuando se aprobó la Ley de Sociedades de Convivencia para el Distrito Federal. La mayoría de los diputados locales votaron en favor de esta norma; sólo los legisladores del PAN, así como el diputado de Nueva Alianza, Fernando Espino Arévalo, se pronunciaron en contra de la ley, bajo los argumentos de que contraviene otras legislaciones, como el Código Civil. De todas formas pasó y hasta noviembre de 2008 se han unido en sociedad en convivencia 511 parejas e incluso separado 10 de ellas.
La consejería jurídica del DF registra que 97% de ellas han sido del mismo sexo y el resto heterosexuales. 43.5% han sido mujeres, 56.5% hombres y todos comparten un factor: su juventud, pues no rebasan los 33 años. Sólo 3% son adultos mayores.
En el DF se han “convivenciado” 40 parejas integradas por un mexicano y un extranjero y sólo se ha unido una pareja de dos personas extranjeras. 15 delegaciones de las 16 tienen registros de familias alternativas formadas por esta vía legal. Sólo en Milpa Alta no existe ningún registro. Cuando se les pregunta qué ha pasado contestan que en esa delegación no se ven “cosas de éstas”.
miércoles, 14 de enero de 2009
Las otras familias mexicanas
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